La uña de gato crece en los bosques tropicales de los Andes sudamericanos, especialmente en Perú. Las dos especies que más se usan de esta planta son U. tomentosa, que constituye la mayor parte de la uña de gato que se importa en EE.UU., y U. guianensis, que es la que más se utiliza en Europa. En Sudamérica, ambas especies se usan indistintamente. La corteza de la raíz se usa con fines medicinales.
[3 stars] | Artrosis |
[2 stars] | Artritis Reumatoide |
[1 star] | Asistencia para Enfermos con VIH y SIDA |
[1 star] | Función Inmunológica |
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Los alcaloides oxindólicos de la uña de gato parecen estimular la función inmunológica. Los alcaloides y los glicósidos de la uña de gato también tienen actividad anti inflamatoria y antioxidante.
El té de uña de gato se prepara con 1 gramo de corteza de la raíz y 250 ml (1 taza) de agua, hirviéndolo durante 10 a 15 minutos. Se deja enfriar, se cuela, y se toma una taza tres veces al día.
También se pueden tomar 1–2 ml de tintura hasta dos veces al día o 20–60 mg de un extracto estandarizado seco una vez al día.
A pesar de que no se han descrito efectos adversos graves con la uña de gato, se sabe poco acerca de su seguridad, ya que la mayoría de los reportes se basan en pruebas anecdóticas.
Mientras no se demuestre su seguridad, las personas con enfermedades autoinmunes, esclerosis múltiple y tuberculosis no deben tomar uña de gato.
Tampoco deben tomarla las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia mientras no se demuestre que es segura.
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