El diente de león, estrechamente relacionado con las endivias, es una planta común en todo el mundo y la pesadilla de quienes quieren tener un pasto perfecto. La planta crece hasta una altura de unas 12 pulgadas (30 cm); sus hojas tienen forma de espátula y florece todo el año, con unas flores amarillas. Al madurar, las flores se convierten en las características bolas de pelusa que contienen las semillas que se dispersan con el viento. El diente de león se cultiva comercialmente en Estados Unidos y en Europa. Las hojas y la raíz se utilizan en suplementos de herbolaria.
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Los compuestos amargos de las hojas y la raíz del diente de león ayudan a estimular la digestión y son laxantes débiles. Estos compuestos activos también aumentan la producción de bilis en la vesícula y el flujo de bilis desde el hígado. Por este motivo, se recomienda el diente de león para las personas que tienen una función hepática deficiente debido al consumo excesivo de alcohol o a una mala alimentación. El aumento del flujo de bilis puede ayudar a mejorar el metabolismo de las grasas (incluido el colesterol) en el organismo.
Las hojas de diente de león se usan principalmente para aumentar la producción de orina (efecto diurético). Aunque no se han realizado estudios en humanos, los estudios en animales indican que las hojas pueden ser un diurético tan potente como algunos fármacos.
Como tónico general para el hígado y la vesícula, y para estimular la digestión, se pueden usar 3 a 5 gramos de la raíz seca, o 5 a 10 ml de una tintura preparada con la raíz, tres veces al día. Algunos expertos recomiendan usar la tintura en alcohol, ya que los principios amargos se disuelven mejor en alcohol.
Como diurético leve o estimulante del apetito, se pueden agregar 4 a 10 gramos de hojas secas a 250 ml (1 taza) de agua hirviendo y beberlo como té. O bien, se pueden usar 5 a 10 ml de jugo fresco o 2 a 5 ml de tintura preparada con las hojas, tres veces al día.
Las hojas de diente de león frescas se pueden comer en ensalada.
Las personas con cálculos biliares no deben tomar hojas ni raíces de diente de león, a menos que sea bajo la supervisión de un profesional sanitario.
Las personas con obstrucción de los conductos biliares no deben tomar diente de león.
En caso de úlcera péptica o gastritis, el diente de león debe usarse con cuidado, ya que puede causar una producción excesiva de ácido estomacal.
Las personas que retengan líquidos o agua deben consultar a un médico antes de tomar hojas de diente de león.
La savia lechosa del tallo y de las hojas del diente de león fresco puede causar una erupción alérgica a algunas personas.
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