La depresión es un padecimiento que se caracteriza por sentimientos de infelicidad y desesperanza. Puede ser una respuesta
a una situación estresante, a desequilibrios hormonales, anormalidades bioquímicas u otras causas.
Agitación o depresión en los movimientos voluntarios de los músculos casi a diario.
Fatiga o pérdida de energía casi diariamente; sensación de inutilidad o de culpa excesiva o inapropiada casi todos los días.
Disminución en la capacidad para concentrarse o pensar y tomar decisiones casi a diario.
Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo el temor a morir), ideas suicidas frecuentes sin un plan específico, o bien un intento de suicidio o plan específico para cometerlo.
Otras terapias
Los antidepresivos que se recetan con más frecuencia son los inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina (SSRIs), como
fluoxetine (Prozac®), paroxetine (Paxil®), sertraline (Zoloft®) y
citalopram (Celexa®). Los antidepresivos tricíclicos, como
amitriptyline (Elavil®), imipramine (Tofranil) y doxepin (Sinequan®), todavía se utilizan
con frecuencia, al igual que otros agentes como trazodone (Desyrel®), bupropion (Wellbutrin®) y
venlafaxine (Effexor®). Los inhibidores de la MAO, como la phenelzine (Nardil®) y la tranylcypromine (Parnate®), pocas veces se recetan.
El apoyo psicológico es parte esencial de la terapia.
Sugerencias para una vida saludable
Ejercicio: Las investigaciones han demostrado que una rutina de ejercicios afecta positivamente a los neurotransmisores y ayuda a combatir la depresión. Apenas tres horas a la semana de ejercicio aeróbico pueden reducir profundamente el
nivel de depresión.
Opciones holísticas
Acupuntura
Terapia de comportamiento cognitiva, orientación psicológica
Suplementos útiles
Ácido fólico (Para personas con deficiencia de folato): Una deficiencia del ácido fólico (una vitamina B) puede trastornar el estado de ánimo. Un gran porcentaje de personas deprimidas tienen niveles
bajos de ácido fólico. Cualquiera que sufra de depresión crónica debe consultar a un médico para evaluar una
posible deficiencia de ácido fólico. Quienes tienen niveles anormalmente bajos de ácido fólico pueden recibir
un tratamiento de corto plazo con dosis elevadas de esta sustancia (10 mg al día).
Hierro (Sólo para personas con deficiencia de hierro): Se sabe que la deficiencia
de hierro afecta el estado de ánimo y exacerba la depresión. Las personas a quienes no se ha diagnosticado una deficiencia de hierro
mediante un análisis de sangre no deben tomar suplementos de hierro.
Vitamina B6 (Para mujeres que toman anticonceptivos orales): Los anticonceptivos orales pueden agotar las reservas de vitamina B6 del organismo, un nutriente
esencial para mantener las funciones cerebrales normales. En estudios doble ciego, se ha visto que las
mujeres que sufren de depresión y falta de vitamina B6 mientras están tomando anticonceptivos orales por lo general responden al tratamiento con un suplemento de vitamina B6. Varios estudios indican también
que los suplementos de vitamina B6 pueden ayudar a aliviar la depresión relacionada con el síndrome
premenstrual (SPM).
Vitamina B12 (Para personas con deficiencia de vitamina B12): La deficiencia de vitamina B12 puede provocar perturbaciones en el estado de ánimo que responden bien al tratamiento con suplementos de B12. La depresión causada por falta de
vitamina B12 puede presentarse en ausencia de anemia. Las dosis elevadas de vitamina B12 sólo pueden proporcionarse
al organismo en una solución inyectable, misma que debe administrar un profesional médico calificado.
Acetil-L-carnitina (Para personas mayores): 500 mg tres
veces al día en comprimidos.
DHEA: Las personas aquejadas de depresión que estén considerando
tomar DHEA deben consultar antes a su médico.
Aceite de pescado: De 7 a 10 gramos diarios de ácidos grasos omega-3
durante cuatro meses.
Inositol: Las pruebas preliminares indican que las personas
con depresión pueden tener niveles bajos de inositol. Un suplemento con dosis elevadas de inositol (12 gramos al
día durante cuatro semanas) puede incrementar las reservas del cuerpo hasta en un 70%.
L-fenilalanina: Las cantidades recomendadas varían desde 75 mg al día hasta 3-4 gramos al día. Incluso las dosis de apenas 75 a 200 mg al día de D,L-fenilalanina pueden ser
efectivas en pacientes con depresión.
L-tirosina: Para el tratamiento de pacientes con depresión,
varios médicos recomiendan probar un suplemento de L-tirosina durante 12 semanas. Las investigaciones publicadas han empleado
dosis muy elevadas (100 mg por cada 2.2 libras o kilo de peso corporal, o casi 7 gramos al día en un adulto promedio). No se sabe
si estas dosis tan altas son necesarias para producir el efecto antidepresivo.
Melatonina: Las personas aquejadas de depresión que estén
considerando tomar melatonina deben consultar antes a su médico.
Selenio: En los estudios, las dosis administradas variaron entre
100 y 226.5 µg diarios y se asociaron con una mejoría en los síntomas.
Vitamina B6 (para síndrome premenstrual):
Muchos médicos sugieren que las mujeres que sufren de depresión relacionada con el síndrome
premenstrual tomen de 100 a 300 mg de vitamina B6 al día, una dosis que requiere la supervisión de un médico.
Hipérico (Hypericum perforatum): Los
extractos de hipérico (con 0.3% de hipericina; 900 mg al día) se encuentran entre los medicamentos
más usados por los doctores en Alemania para el tratamiento de la depresión leve a moderada. El uso del extracto de
hipérico ha dado como resultado en varios estudios una mejoría en los síntomas de la depresión
leve a moderada. Las investigaciones más recientes sugieren, sin embargo, que la hipericina podría no ser el compuesto antidepresivo en el hipérico, y está comenzando a prestarse atención a un compuesto llamado hiperforina. Como antidepresivo, el
hipérico debe tomarse bajo supervisión médica entre cuatro y seis semanas, para comprobar su efectividad. De ser posible,
debe tomarse con las comidas.
Ginkgo biloba: Para tratar la depresión en
personas mayores.
Una dieta más sana puede manejar mejor los síntomas de muchas enfermedades y encima aumentar la calidad de la vida en general. Con respecto a esta condición, los científicos han comprobado que comer más sano puede aliviar sus síntomas.
Eliminar las comidas que produzcan reacciones alérgicas: Aunque algunos estudios han arrojado resultados contradictorios, varias pruebas
doble ciego han mostrado que las alergias a algunos alimentos pueden provocar síntomas mentales, incluyendo depresión. Las personas con
depresión que no respondan a otros tratamientos naturales o convencionales deben consultar a un médico
para descartar una posible hipersensibilidad a algún alimento.
Restricción del azúcar y la cafeína: Las personas con depresión han informado que su estado de
ánimo mejora cuando dejan de consumir azúcar y cafeína. Cuánto de este efecto se debe a evitar el azúcar y cuánto a dejar la cafeína es un factor que todavía
se desconoce. Sin embargo, se considera que las personas que beben café tienen entre 58 y 66% menos riesgo
de cometer suicidio, en comparación con quienes no toman café. No obstante, la depresión puede ser un síntoma de la adicción
a la cafeína. Así pues, el consumo de cafeína (sobre todo a través del café) se ha ligado, paradójicamente,
tanto a una mejora en el estado de ánimo como a la depresión, en distintas investigaciones. Las personas con depresión pueden tratar de
evitar la cafeína y el azúcar durante una semana, para ver cómo afectan estas sustancias a su estado de ánimo.
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