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Convulsiones, Mal Sagrado, Trastornos Convulsivos
Informacíon sobre esta condición
La epilepsia es una enfermedad del cerebro en la que ocurren descargas eléctricas anormales en las células
cerebrales, lo que da como resultado convulsiones.
Datos científicos fiables y relativamente consistentes que le muestran un benificio considerable a la salud.
Estudios contradictorios, insuficientes o preliminarios que meramente le sugieren o que le benifician poco a la salud.
Para el uso de hierbas con entre muy poca hasta ninguna aprobación científica, pero apoyado por uso tradicional.
Síntomas
Hay muchos tipos de convulsiones en la epilepsia. Se clasifican ya sea como crisis parciales o generalizadas, dependiendo de qué proporción del cerebro esté afectada. Algunos tipos de epilepsia causan crisis que se caracterizan por contracciones musculares convulsivas de todo el cuerpo o algunas partes del mismo. Otros tipos pueden provocar pérdida momentánea de la conciencia, amnesia, sensaciones o emociones poco comunes y otros síntomas. Pueden presentarse síntomas que indican una convulsión inminente y que se conocen como auras. Además, varios síntomas no convulsivos, como sueño muy profundo, dolor de cabeza, confusión y dolores musculares (llamados estado postictal), se presentan después de una crisis generalizada.
Otras terapias
Los medicamentos que se recetan buscan reducir la frecuencia y severidad de las convulsiones. Los medicamentos
dependen del tipo de ataque que experimenta el paciente. En algunas personas puede ser necesaria una terapia con
diversos medicamentos. Los medicamentos más usuales son benzodiazepinas,
como clonazepam (Klonipin®), clorazepate (Tranxene®) y diazepam (Valium®), además de phenytoin (Dilantin®), lamotrigine
(Lamictal®), carbamazepine (Tegretol®), oxcarbazepine (Trileptal®), valproic acid (Depakene®, Depakote®), gabapentin (Neurontin®), levetiracetam (Keppra®) y phenobarbital.
Entre 10 y 20% de los pacientes con epilepsia no responden a la terapia con medicamentos y pueden necesitar cirugía.
Suplementos útiles
Vitamina E (sólo en niños): Se ha estudiado el uso de la vitamina
E como posible agregado al tratamiento convencional de la epilepsia. En un estudio doble ciego en niños se
observó que añadir 400 UI diarias de vitamina E reducía la frecuencia de los ataques sin que hubiera efectos secundarios. Otros estudios
controlados preliminares han arrojado resultados similares; una investigación no controlada sugirió que
este efecto puede lograrse también en los adultos, pero en un estudio doble ciego no se encontró efecto alguno de la vitamina E en adultos epilépticos.
Bupleurum (en combinación con raíz de peonía, raíz de pinellia,
corteza de cassia, raíz de jengibre, yuyuba, raíz de
Ginseng asiático, raíz de escutelaria china y de regaliz): Dos fórmulas herbales chinas con estas hierbas se conocen
como sho-saiko-to y saiko-keishi-to; ambas han demostrado en estudios preliminares que son útiles para
tratar a personas con epilepsia. La cantidad habitual en la que se toman estas fórmulas es de 2.5 gramos tres veces al día, como
cápsulas o té. Las personas con epilepsia no deben usar ninguna de las fórmulas sin antes consultar
con un profesional de la salud.
Una dieta más sana puede manejar mejor los síntomas de muchas enfermedades y encima aumentar la calidad de la vida en general. Con respecto a esta condición, los científicos han comprobado que comer más sano puede aliviar sus síntomas.
La dieta cetógena: Esta dieta se desarrolló a principios del siglo veinte, cuando existían
pocos medicamentos para tratar la epilepsia; hasta hace poco, sólo se usaba cuando la terapia con
medicamentos no era efectiva. La dieta es rica en grasas y baja en carbohidratos y proteínas, lo que da como resultado
cetosis (un incremento en las cetonas en sangre, debido a la descomposición de la grasa). Además, se limitan los líquidos,lo que ayuda a contribuir al éxito
de la dieta. Este estado cetótico tiene un efecto antiepiléptico, aunque no se sabe bien
cómo funciona. Según una revisión de 1996, la dieta cetógena parece haber sido muy efectiva
en entre un tercio y la mitad de los niños epilépticos, y parcialmente efectiva en otro tercio de
los casos. La dieta por lo general se inicia con un ayuno bajo vigilancia médica estrecha, a menudo en un hospital,
seguido de la introducción de la dieta y la capacitación de la familia para asegurar que se mantenga con éxito. La
dieta cetógena no debe intentarse sin la supervisión de un profesional de la salud calificado.
Evitar los alergenos alimentarios: Se ha informado que las reacciones alérgicas a los alimentos pueden
desencadenar ataques epilépticos en casos aislados, algunos de los cuales se demostraron en estudios doble ciego. Se observó que las personas con epilepsia
tenían muchos más indicios bioquímicos de alergia en la sangre que quienes no padecían epilepsia.
Algunos médicos recomiendan estudiar a los epilépticos con otros síntomas de alergia, como asma
o fiebre de heno, para ver si no son alérgicos a algún alimento
que pueda estar provocando los ataques.
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