El cáncer de próstata es la aparición de un tumor maligno en la próstata. Se caracteriza por la reproducción descontrolada de células que dan origen a tumores, con la posibilidad de que algunas de ellas se diseminen a otros sitios (metástasis).
[2 stars] | Selenio |
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[2 stars] | Vitamina E |
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El cáncer de próstata por lo general crece lentamente y en sus primeras etapas es asintomático. Más tarde en el curso de la enfermedad, pueden presentarse síntomas que se confunden con los de la hiperplasia prostática, un padecimiento benigno muy común. Algunos de estos síntomas son micción más frecuente, incluso por la noche, dolor al orinar, debilidad del chorro de orina con goteo al final de la micción y una sensación de vaciamiento incompleto. Además puede presentarse sangre en la orina. Ninguno de estos síntomas es específico del cáncer de próstata; el diagnóstico debe realizarlo un médico.
Si el cáncer de próstata se extiende a partes distantes del cuerpo, con mayor frecuencia se encuentra en los huesos, lo que puede provocar dolor en los mismos. Las etapas finales de la enfermedad se asocian con una pérdida intensa de peso, anemia intratable que produce fatiga y finalmente la muerte.
Los medicamentos de receta médica para el tratamiento del cáncer de próstata se concentran en una terapia antihormonal que interfiere con la capacidad del cuerpo para producir testosterona. Se utilizan diethylstilbestrol (Stilphostrol®), goserelin (Zoladex®), leuprolide (Lupron®), flutamide (Eulexin®), bicalutamide (Casodex®) y ketoconazole (Nizoral®). Aunque los tratamientos no pueden curar el cáncer de próstata, por lo general reducen el ritmo de crecimiento y el tamaño del tumor.
El tratamiento de los pacientes con cáncer de próstata varía dependiendo de la edad y la salud del paciente, de lo extendido del cáncer y, hasta cierto grado, del punto de vista del oncólogo. Si el cáncer parece estar contenido en la glándula prostática, a menudo se extirpa por medio de cirugía. También puede recomendarse la extirpación quirúrgica de los testículos (orquiectomía), para detener la producción de testosterona. Se realice o no la cirugía, el tratamiento con radiación se usa comúnmente en los pacientes con cáncer de próstata. Puede utilizarse radiación externa que se produce con una máquina. Sin embargo, en la braquiterapia, la radiación la emiten pequeñas semillas radiactivas que se insertan directamente en la próstata. En los hombres mayores que parecen tener cáncer menos agresivo, puede retrasarse el tratamiento hasta que aparezcan algunos síntomas; esto se conoce como "espera vigilante" y a veces se considera como una acción razonable, porque los efectos secundarios del tratamiento son considerables, mientras que sus efectos terapéuticos a menudo parecen pocos y no muy claros. Además, dado que los tumores prostáticos suelen crecer lentamente, los hombres mayores con frecuencia mueren de otras enfermedades que no están relacionadas con el cáncer de próstata.
Peso corporal: Varios estudios han encontrado que el riesgo de padecer cáncer de próstata se incrementa entre más aumenta el peso corporal.
Advertencia: Los pacientes con cáncer de próstata deben evitar los suplementos de calcio.
Selenio: En un estudio doble ciego, 1,312 estadounidenses con antecedentes de cáncer de piel se trataron con 200 µg al día de selenio derivado de levadura o un placebo durante cuatro años y medio, y luego durante dos años adicionales. Aunque no se presentó una disminución en el cáncer de piel, sí se observó una reducción importante del 50% en las muertes generales causadas por cáncer y una reducción del 37% en la incidencia total de cáncer. Se informó de una disminución de 63%, estadísticamente significativa, en la incidencia del cáncer de próstata.
Vitamina E: En un estudio doble ciego con fumadores, un suplemento de vitamina E (50 UI diarias durante un promedio de seis años) produjo una disminución del 32% en la incidencia de cáncer de próstata y una disminución del 41% en las muertes por este mal.
Advertencia: Se ha encontrado que el PC-SPES puede tener efectos secundarios graves, incluyendo la producción de coágulos que pueden poner en riesgo la vida. El PC-SPES nunca debe tomarse sin la supervisión de un médico. En algunas partes del mundo no se vende el PC-SPES.
PC-SPES (tomar sólo bajo supervisión médica): Esta fórmula herbal está integrada por ocho diferentes plantas. En varias pruebas preliminares se encontró que el PC-SPES reduce los niveles en sangre de un antígeno específico de la próstata (PSA, un marcador del avance del cáncer de próstata) en los pacientes con este tipo de cáncer. Se ha visto que el PC-SPES es benéfico tanto para hombres con formas más leves de cáncer de próstata como en los casos más avanzados, aunque los efectos positivos fueron mayores y más duraderos en los primeros.
Los efectos secundarios del PC-SPES incluyen crecimiento y sensibilidad en los pechos, pérdida de libido y, más grave aún, formación de coágulos en las venas (trombosis venosa). Por lo tanto, el PC-SPES nunca debe tomarse sin la supervisión de un médico. En la mayoría de los estudios se usaron dosis de PC-SPES de entre 320 y 960 mg, tres veces al día.
En febrero de 2002, el único proveedor de PC-SPES en Estados Unidos (BotanicLab) retiró todo el producto después de que el Departamento de Salud de California afirmó que contenía warfarin, un medicamento controlado que puede provocar sangrados severos. Sin embargo, se sabe que el PC-SPES contiene compuestos que, aunque son distintos del warfarin, pueden confundirse con ella si se emplean los métodos de laboratorio disponibles actualmente. Además, también se ha dicho que el PC-SPES contiene pequeñas dosis de un estrógeno sintético (dietilestilbestrol o DES). BotanicLab ha negado la veracidad de esta aseveración.
Alcohol: Aunque el efecto de consumir alcohol sobre el riesgo de cáncer de próstata parece débil, puede existir una relación entre beber cerveza y un mayor riesgo.
Tomates: Los tomates contienen licopeno, un antioxidante con una estructura similar al beta caroteno. Algunos estudios han encontrado que consumir más tomates o tener niveles más elevados de licopeno en la sangre se asocia con un riesgo menor de cáncer de próstata.
Vegetales crucíferos: La col, la col de Bruselas y la coliflor pertenecen a la familia de vegetales Brassica, también conocidos como "crucíferas". En pruebas de laboratorio y estudios en animales, estos alimentos han mostrado actividad anticáncer. Un estudio preliminar mostró una disminución del 41% en el riesgo de cáncer de próstata entre los hombres que consumen tres o más porciones por semana de vegetales crucíferos, en comparación con quienes comen menos de una porción por semana.
Carne: Los informes preliminares sugieren que consumir con frecuencia carnes rojas bien cocidas o curadas puede incrementar el riesgo de padecer cáncer de próstata.
Pescado: Se ha informado que quienes consumen pescado tienen un riesgo menor de contraer cáncer de próstata.
Dieta baja en grasas: En un estudio, los pacientes con cáncer de próstata que consumían más grasas saturadas (de carne y productos lácteos) tuvieron tres veces más riesgo de morir de la enfermedad que quienes consumían menos grasas saturadas.
Ácido alfalinolénico: El ácido alfalinolénico es un ácido graso que se encuentra en muchos alimentos, como por ejemplo, en el aceite de semillas de linaza, aceite de canola, aceite de soya y en ciertas nueces. La mayoría de los estudios, aunque no todos, han encontrado que un alto consumo de ácido alfalinolénico o sus niveles elevados en sangre se relacionan con un incremento en el riesgo de desarrollar cáncer de próstata. Sin embargo, la relación entre el consumo de ácido alfalinolénico y el cáncer de próstata no prueba que este ácido graso en sí mismo provoque cáncer; el consumo de ácido alfalinolénico pudiera ser simplemente un indicador de algún otro factor en la dieta o en el estilo de vida.
Soya: En una investigación preliminar, los hombres que consumieron leche de soya más de una vez al día redujeron significativamente el riesgo de contraer cáncer de próstata, en comparación con quienes no la tomaron. Algunos investigadores creen que la genisteína, un componente de la soya, puede ser responsable del marcado efecto anticáncer de este alimento.
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