Las enzimas digestivas son proteínas complejas que participan en la digestión y que producen cambios químicos en otras sustancias. Funcionan de manera óptima a una temperatura y un pH específicos. Las enzimas digestivas incluyen las enzimas pancreáticas, las enzimas de origen vegetal y las enzimas derivadas de hongos. Hay tres clases de enzimas digestivas: enzimas proteolíticas, necesarias para digerir las proteínas, lipasas, necesarias para digerir las grasas, y amilasas, necesarias para digerir los carbohidratos.
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Las enzimas digestivas: proteasas, lipasas y amilasas, generalmente se toman juntas. La potencia de la pancreatina, que contiene los tres tipos de enzimas digestivas, se mide por comparación con un estándar establecido por la Farmacopea de EE.UU. (USP). Por ejemplo, la “pancreatina 4X” es cuatro veces más fuerte que el estándar de la USP. Cada “X” equivale a 25 unidades USP de amilasa, 2 unidades USP de lipasa y 25 unidades USP de proteasa (o enzimas proteolíticas). De tres a cuatro gramos de pancreatina 4X (o menos cantidad de una mayor potencia) con cada comida puede ayudar a digerir los alimentos a algunas personas con insuficiencia pancreática. Las personas con problemas digestivos menos graves pueden utilizar dosis más bajas.
Las personas con pancreatitis crónica deben comentar la posibilidad de usar suplementos de enzimas con su médico.
Los suplementos de enzimas que indican sólo el peso del producto, pero no las unidades de actividad, pueden ser poco potentes.
En la dieta sólo hay pequeñas cantidades de las enzimas proteolíticas animales tripsina y quimotripsina; sin embargo, el páncreas es capaz de sintetizarlas. La enzima proteolítica de origen vegetal bromelina se obtiene de los tallos de la piña y es útil en muchas situaciones. La papaína se obtiene de la papaya verde. Todas estas enzimas están disponibles como suplementos.
Las enzimas digestivas más importantes en enfermedades relacionadas con la absorción son generalmente las enzimas que digieren la grasa, llamadas lipasas. Las enzimas proteolíticas pueden digerir (y destruir) a las lipasas; por lo tanto, puede ser conveniente para las personas con deficiencias enzimáticas evitar el uso de enzimas proteolíticas con el fin de preservar las lipasas. Si esto no es posible (ya que la mayoría de los productos enzimáticos contienen ambas), las personas con síndromes de malabsorción deben comentar con un médico si su estado justifica la búsqueda de productos que contengan más lipasas y menos proteasas.
Se ha descrito colonopatía fibrosante, una afección grave que produce daños en el intestino grueso, con el uso de enzimas pancreáticas en niños con fibrosis quística. Mientras no se disponga de más información, los niños con fibrosis quística que necesiten tomar enzimas pancreáticas deben hacerlo sólo bajo estrecha vigilancia de un profesional de la salud con experiencia en este tema.
Las enzimas digestivas no deben tomarse junto con clorhidrato de betaína ni ácido clorhídrico, ya que estos suplementos ácidos degradan las enzimas y reducen su actividad. Para evitar este problema, algunos médicos recomiendan tomar el clorhidrato de betaína al principio de la comida y las enzimas (por ejemplo, la pancreatina) al final de la comida.
Las personas con úlcera péptica no deben tomar proteasas.
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