Los cólicos son un problema común en los lactantes, que a pesar de estar sanos, tienen periodos de llanto inconsolable, aparentemente causado por dolor abdominal. Los cólicos por lo general aparecen a las pocas semanas de nacidos y desaparecen cuando el bebé alcanza los cuatro meses.
[3 stars] | Probióticos |
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[2 stars] | Manzanilla |
[1 star] | Alcaravea |
[1 star] | Canela |
[1 star] | Hisopo |
[1 star] | Milenrama |
[1 star] | Yerbabuena |
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Los cólicos pueden hacer que los lactamtes, típicamente los menores de cuatro meses, lloren inconsolablemente. Los ataques suelen presentarse por la tarde o noche y a veces duran horas. Durante un periodo de cólico, los bebés pueden contraer las piernas, apretar los puños, gesticular, contener el aliento y por lo general presentar más actividad.
Pueden usarse medicamentos de venta sin receta que reducen los gases, como simethicone (Mylicon®) para aliviar el dolor debido a un exceso de gases.
El tratamiento sólo está dirigido a eliminar el dolor hasta que los bebés superan este periodo difícil. Alimentar a los bebés sentados o hacerlos eructar con más frecuencia puede ayudar a evitar los cólicos causados por tragar aire durante las comidas.
Alimentación a libre demanda: Todos los lactantes, en particular aquellos con cólicos, tienen que alimentarse a libre demanda y no según un horario específico. Con frecuencia, el llanto puede iniciarlo la incomodidad provocada por una baja de azúcar. A diferencia de la mayoría de los adultos, los bebés no pueden regular sus niveles de azúcar con eficiencia en ausencia de alimento. Este problema fisiológico de los lactantes debe compensarse alimentándolos a libre demanda.
En una prueba, a los padres se les aconsejó que trataran de alimentar al bebé cada vez que llorara. Si con ello no podían detener el llanto, los padres debían responder de otras maneras (cargando al bebé o dándole la oportunidad de dormir). A los padres se les dijo también que la alimentación a libre demanda nunca causa una sobrealimentación, ni tampoco se “malcría” al bebé de esta manera. Como resultado de esta intervención, los cólicos se redujeron dramáticamente (en una proporción estadísticamente significativa), en comparación con los lactantes de un grupo a cuyos padres se les dieron instrucciones distintas.
Tratamiento quiropráctico: Los síntomas de los cólicos pueden estar relacionados con perturbaciones biomecánicas de las articulaciones de la columna vertebral y pueden responder a la manipulación. En un amplio estudio preliminar, se encontró que los lactantes que recibieron tratamiento quiropráctico para los cólicos mostraron una mejoría importante, a menudo después de un solo tratamiento. Los resultados fueron similares a los que se obtuvieron en un estudio previo en el que se enviaron cuestionarios a los padres de 132 lactantes bajo el cuidado de quiroprácticos, en los que se reveló que el 91% de los padres observó una mejoría en los síntomas de los bebés después de dos o tres tratamientos. En una prueba controlada, los lactantes fueron tratados a diario durante dos semanas, con un placebo o con una serie de tres a cinco sesiones de tratamiento usando una suave manipulación vertebral con las “puntas de los dedos”. Quienes recibieron la manipulación experimentaron una reducción de 67% en las horas al día que presentaban cólicos, en comparación con sólo el 38% en los bebés que recibieron un placebo.
Manzanilla (Matricaria recutita), en combinación con verbena (Verbena officinalis), regaliz (Glycyrrhiza glabra, G. uralensis), hinojo (Foeniculum vulgare) y citronela (Melissa officinalis): Aproximadamente 1/2 taza (150 ml) de té durante cada episodio de cólico, hasta un máximo de tres veces al día.
Alergias a alimentos: Las alergias tienen que ver con los cólicos de algunos lactantes. Si el niño se alimenta con fórmula, el problema puede ser una intolerancia a las proteínas de la leche en una fórmula de leche de vaca. Cambiar a una fórmula de soya podría eliminar los cólicos en esos casos. Los lactantes que reaccionan mal tanto a la leche de vaca como a la de soya pueden recibir una fórmula hipoalergénica.
Si el bebé se alimenta con leche materna, algunos alimentos en la dieta de la madre pueden provocar las reacciones alérgicas en el niño. En algunos estudios, aunque no en todos, se ha visto que la leche de vaca que consume la madre mientras está lactando puede provocar cólicos. Se han encontrado proteínas de la leche de vaca (que pueden desencadenar reacciones alérgicas) en cantidades mayores en la leche de las madres que amamantan a bebés que sufren cólicos que en la de las madres de bebés que no sufren de cólicos. En un estudio doble ciego en lactantes con cólicos (alimentados con biberón o al seno materno) se observó que cambiar la fórmula a una hipoalergénica o restringir la dieta de la madre para excluir algunos alimentos que pueden provocar alergias redujo significativamente los cólicos en los bebés. Un médico puede ayudar a determinar qué alimentos en la dieta de la madre pueden contribuir a los cólicos del bebé si se le alimenta con leche materna.
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