Influenza es el nombre de un virus y de la infección que causa.
[2 stars] | Ajo |
[2 stars] | Equinácea |
[2 stars] | Sauco |
[2 stars] | Vitamina C |
[2 stars] | Vitamina D |
[1 star] | Eleutero |
[1 star] | Eupatorio |
[1 star] | Ginseng Asiático |
[1 star] | Índigo |
[1 star] | Sello de Oro |
[1 star] | Ulmaria |
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Los síntomas de la influenza son fiebre, dolores musculares, fatiga, náusea y vómito. Otros síntomas pueden ser cefalea, escalofríos, tos seca, irritación de garganta, dolor al mover los ojos, estornudos y escurrimiento nasal. La aparición de estos síntomas con frecuencia es rápida e intensa.
Los analgésicos de venta sin receta como acetaminophen (Tylenol®) son seguros en personas de todas las edades para el tratamiento de la fiebre, el cuerpo cortado y la cefalea asociados con la influenza. A los menores de 18 años no se les deben dar productos que contengan aspirin si presentan síntomas de influenza, ya que esta práctica se ha relacionado con un incremento en el riesgo de padecer síndrome de Reye (anormalidades cerebrales y hepáticas que pueden causar coma y la muerte). Las personas mayores de 18 años pueden tomar aspirin (Bayer®, Ecotrin®, Bufferin®) e ibuprofen (Motrin®, Advil®) para reducir el dolor y la fiebre asociados con la influenza.
Los medicamentos antivirales de venta con receta incluyen aquellos que se toman por vía oral, como amantadine (Symmetrel®), rimantadine (Flumadine®) y oseltamavir (Tamiflu®), o que se aplican con un inhalador, como zanamavir (Relenza®) y ribavirin (Virazole®). En ocasiones se recetan antibióticos para prevenir infecciones bacterianas secundarias como la neumonía. Por lo demás, los antibióticos no son efectivos contra el virus. Aunque un tratamiento temprano con antibióticos puede prevenir efectivamente la neumonía y reducir los costos asociados con los brotes de influenza, algunos médicos consideran que el uso de antibióticos para prevenir (en lugar de para tratar) las infecciones bacterianas no es aconsejable y debe limitarse a personas que estén en más riesgo de contraer infecciones secundarias, como los ancianos y aquellos cuya función inmunológica esté comprometida (como en el caso del SIDA). Esto se debe a que el uso excesivo de antibióticos puede provocar la aparición de cepas resistentes de bacterias que son más difíciles de tratar.
A las personas con síntomas de influenza por lo general se les recomienda descansar y tomar muchos líquidos.
Reducción del estrés: Las medidas para aliviar situaciones de estrés pueden reducir la incidencia de infecciones por influenza.
Vitamina C (100 mg diarios para la prevención; 2 gramos cada hora durante 12 horas en una infección activa, sólo bajo supervisión médica): Unos trabajadores de los muelles a quienes les dieron 100 mg de vitamina C todos los días durante 10 meses enfermaron de influenza con 28% menos frecuencia que sus compañeros que no tomaron la vitamina. Entre aquellos que sí presentaron influenza, la duración promedio fue 10% menor en los que tomaron la vitamina C que entre los que no lo hicieron. Otros estudios han demostrado que tomar vitamina C en grandes cantidades puede llevar a una rápida recuperación de las infecciones por influenza.
Equinácea (De 3 a 5 ml de jugo extraído de la hierba o tintura de la hierba o la raíz o 300 mg de polvo de raíz seca tres veces al día): La equinácea se ha usado desde hace mucho tiempo para tratar resfriados y gripe, y parece funcionar porque estimula al sistema inmunológico. En estudios doble ciego en Alemania se observó que las infecciones asociadas con síntomas similares a los de la influenza mejoraban más rápido cuando los pacientes tomaban equinácea.
Sauco (Sambucus nigra) (Cuatro cucharadas al día para adultos, dos cucharadas al día para niños): El efecto de las bayas de sauco negro sobre la influenza se estudió en una pequeña prueba doble ciego. Las personas que recibieron el extracto de sauco (en las cantidades antes mencionadas) parecieron recuperarse más rápido que quienes recibieron el placebo.
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