El azufre es un mineral necesario para sintetizar un gran número de proteínas, como las que forman el cabello, los músculos y la piel. El azufre ayuda a la digestión y a la absorción de las grasas, ya que se necesita para sintetizar los ácidos biliares. El azufre es también un componente de los huesos, los dientes y la colágena (la proteína del tejido conectivo). Como componente de la insulina, el azufre se necesita para regular los niveles de azúcar en sangre. El azufre está presente en el metilsulfonilmetano (MSM), una sustancia natural que también está disponible como suplemento.
No se han establecido niveles de consumo recomendados para el azufre. Como la mayoría de las dietas occidentales tienen un alto contenido de proteínas, probablemente proporcionan suficiente azufre.
La mayoría del azufre que se consume en la dieta forma parte de ciertos aminoácidos presentes en los alimentos ricos en proteínas. La carne, el pollo, las vísceras, el pescado, los huevos, los frijoles y los productos lácteos son buenas fuentes de aminoácidos que contienen azufre. El azufre también está presente en el ajo y la cebolla y puede ser el responsable, en parte, de los beneficios para la salud asociados con estos alimentos.
La mayoría del azufre del organismo se encuentra en los aminoácidos azufrados metionina, cistina y cisteína. La vitamina B1, la biotina y el ácido pantoténico contienen pequeñas cantidades de azufre.
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